"Si por algo han destacado en su historia los anteriormente conocidos
como Premios Príncipe de Asturias es por su fino olfato para detectar
las modas culturales del momento, y con mucha inteligencia saber
apuntarse a ellas. (...)
La Fundación sabe lo que se hace. Nada de caspa ni de facherío sobre el
escenario del Teatro Campoamor. La lista de premiados es impresionante:
Woody Allen, Paul Auster, Doris Lessing, Sebastiao Salgado, Arthur
Miller, Les Luthiers, Rigoberta Menchú, Quino, Nelson Mandela, o
incluso afinando más, gente casi del rollito, que no desentonaría en una
Uni de Verano de Podemos, la socióloga Saskia Sassen o el economista neokeynesiano, Paul Krugman, por ejemplo. (...)
Es por ello que llama tanto la atención que este año se haya cometido
un aparente error, apostado por premiar a una Unión Europea que ha
perdido bastante de su pasado sex appeal tras 14.000 muertes en el Mediterráneo.
Aunque
las críticas a la concesión del premio por parte de ONG y redes de
apoyo a refugiados no hayan tenido un gran impacto en medios, por
primera vez en mucho tiempo hemos escuchado a algunas voces poco frecuentes manifestar su disconformidad con estos premios. (...)" (Diego díaz, El Salto, 19/10/17)
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