"(...) La duda es la siguiente: ¿y si me ofrezco a una lista unitaria y
soberanista para el papel de charnego agradecido? De esta forma, no
pierdo ningún tren, participo en una revolución y quizás me nombran
cónsul en Ejea de los Caballeros.
Desde luego, el nicho existe. ¿Hay algo más catalán y entrañable que
el charnego agradecido? Yo, hasta la fecha, era charnego por parte de
madre y por parte de ms cuatro abuelos/todos de pueblo de l a provincia
de Teruel). Lo que no era es agradecido porque de vez en cuando escribo columnas unionistas, cosa que me ha llevado a la categoría de anticatalanista.
-¡No pierdes nada!
Que razón tendría mi esposa.
Diría que en las listas unitarias falta cuota de charnegos
agradecidos y, por una vez, haría caso a mi mujer virtual. De entrada,
queadaría bien en los mítines. Me sentaría en un extremo –siempre salgo
en un extremo en las fotos de grupo- y cuando el cabeza de lista me
diera la palabra-y sólo entonces- explicaría como mis abuelos se
deslomaron a trabajar en Catalunya y no en Gelsenkirchen yo soy ahora un
hombre de provecho, ufano y seguro de mi mismo, hasta el punto de que
quiero devolver todo lo que me han regalado por nacer aquí: estudios,
solterí, dos ojos y una visión del paisaje que no tenían mis cuatro
abuelos en Teruel, tierra bendecida por Madrid, a diferencia de
Catalunya.
Somos gente sencilla y tampoco pido ir muy adelante en la lista. Yo,
como el presidente, me conformo con ser uno más, decir algo cuando me lo
pidan y salir en TV3 explicando que si mis abuelos hubieran emigrado a
Bilbao o a Madrid sería un completo fracasado y andaría por las noches
de taberna en taberna cantando desafinando Clavelitos, No puede ser (pieza cumbre del género zarzuelero) o Desde Santurce a Bilbao.
Yo no digo que no haya otros charnegos agradecidos en las listas pero
la diferencia es que le restan importancia y uno, en cambio, está
dispuesto por iguala tender puentes como a arropar la indignación de los
catalanes de 300 años a esta parte o darse bofetadas si van mal dadas
porque a brutos no nos gana nadie.
-¡Menudos puentes tiende usted!
Aunque parezca lo contrario, mi padres conciliador. ¿Y si no gana la
lista soberanista? Evitaremos la fractura social puesto que nadie podría
decir que ha sido culpa de los charnegos.
O bien podría asumir el papel
de chivo expiatorio y llevar capirote por Barcelona, como los chinos
ilustrados durante la revolución cultural. Y si gana el soberanismo, me
envían al consulado de Ejea de los Caballeros y les explico a la
catalana la vida de mis cuatro abuelos." (La Vanguardía, 20 de julio de 2015, Somatemps, 22/07/2015)
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