"(...) La monarquía inglesa es el top en materia de cabezas coronadas como
la Segunda República se antoja el santo grial del romanticismo español.
Una imagen del Príncipe de Gales al lado de su madre, ayer mismo,
muestra, otra vez en La Razón, que no hay nada que envidiar, al
contrario.
El aspecto del señor Felipe de Borbón es inmejorable, así
como su preparación, disposición y buenas intenciones. Con todos los
respetos, en un país de tronistas y clubs de fans de Sergio Ramos, el
Príncipe ya se ha ganado la oportunidad de permanecer en la casa del
gran hermano.
Las viejas piedras románicas de Leyre, el aire tranquilo, sereno y
natural de la pareja, el padre en los toros, la Reina en Nueva York, la
nostalgia y la esperanza conspiran contra el tirón oportunista de la
tentación republicana.
El ambiente, según los periódicos, es
absolutamente apacible, hasta el punto de que se sopesa si don Alfredo
Pérez Rubalcaba recibirá en unos meses el toisón de oro y un marquesado,
como Vicente del Bosque. El arrebato republicano es contraproducente en
el baile de Estado, palabras mayores, alta política, responsabilidad y
salir de la crisis.
Así las cosas, lo menos recomendable, y así lo constatan los editoriales, es aparecer como un cenizo, cual Artur Mas. El de El País es tendencia:
"El presidente [autonómico] catalán Artur
Mas ha dado un paso más de ruptura con la mejor y más fructífera
tradición del catalanismo político de compromiso con la democracia
española. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Jueves, 5 de junio de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario