"El sensor se
instala bajo la epidermis, sin necesidad de intervención médica, gracias
al aplicador quirúrgico automático que se suministra con el kit, y su
efecto es instantáneo porque actúa directamente sobre el sistema
nervioso y la glándula de Wiedermeyer.
“Aún no había terminado de
implantármelo y ya me estaban dando ganas de votar otra vez al PP”, ha
dicho uno de los primeros usuarios. “Yo me cambié todas las cortinas del
salón a los veinte minutos de ponerme el sensor”, declara una vecina de
Alicante que llevaba renegando de las medidas del Gobierno toda la
legislatura.
La glándula de Wiedermeyer es la responsable de procesar
toda la toxicidad que entra en el cuerpo a través de las declaraciones
gubernamentales y convertirla en una mezcla muy pura de imbecilidad y
confianza.
El sensor de grafeno no te hace más
listo, porque los ciudadanos siguen sin entender los pelotazos de la
Bolsa, los obscenos beneficios de los bancos y las compañías energéticas
o las explicaciones de Dolores de Cospedal, pero “hay algo en la piel
que dices… hostia, hostia”, según palabras del ministro de Economía,
Luis de Guindos." (Rokambol news, 07/04/2014)
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