"Todavía no me lo puedo creer”, ha dicho
el responsable del servicio de equipajes del aeropuerto de
Barajas-Adolfo Suárez, quien ya ha recomendado a los usuarios que se
olviden no solo de recuperar sus maletas sino de aterrizar en el destino
elegido e incluso de volver a ver a su familia y a sus seres queridos.
El hecho de que también todas las
pasajeras, sin distinción de edad o procedencia, se llamen Adolfo
complicará todavía más las labores de control y de aduana en las puertas
de embarque del aeropuerto, además de provocar un profundo malestar
entre la práctica totalidad de los colectivos y asociaciones de mujeres
de todos los países del mundo.
“Entiendo las molestias que este homenaje
al padre de la democracia pueda causar, pero al Gobierno y a mí nos
hace ilusión”, ha declarado Mariano Rajoy.
Si finalmente la norma sale adelante,
más de treinta y nueve millones de Adolfos despegarán y aterrizarán cada
año en el aeropuerto madrileño sin saber realmente quienes son en
realidad, excepto aquellos que tengan la suerte de tener el mismo nombre
de pila que el expresidente fallecido." (Rokambol news, 26/03/2014)
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