"Cristóbal Montoro, que actúa como
intermediario en la delicada operación, ha establecido que el pago se
efectúe en dos entregas, el 80 % antes de la comparecencia en el
Congreso y el resto una vez que Rajoy responda con su serpenteante y
eficaz arrogancia a todas las preguntas de la oposición.
En ambas
entregas se deberá proceder con el sigilo del leopardo y la velocidad
del halcón peregrino, según palabras del propio ministro de Hacienda.
Los billetes no podrán ser más grandes
de 50 euros, se llevarán en bolsas de plástico en cuyo exterior deberá
leerse la frase “Aquí dentro no hay nada” y se depositarán en algún
lugar inverosímil del aparcamiento del IKEA de Alcorcón. “Dentro de una
papelera no”, ya ha advertido el propio presidente.
Como medida de seguridad, Rajoy solo
accederá a la tribuna del Congreso después de que su bufón de cabecera,
González Pons, cuente los billetes y compruebe que cada una de las
preguntas que le vayan a ser formuladas al presidente tenga la
supervisión de un redactor vivo de ABC y no contenga dinamita, insidia y
falta de patriotismo. Pons también descartará las “preguntitas esas”
que le hacen poner cara de abuela imbécil al presidente de la nación.
La otra condición que Mariano Rajoy ha
exigido para su comparecencia acaba también de ser aprobada por la
comisión ejecutiva federal del PSOE, y consiste en que Rubalcaba se
pinte los labios y hable al revés durante toda su intervención." (Rokambol news, 12/04/2014)
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