6/3/14

Fernández Díaz niega haber pedido a Dios una lengua de fuego sobre la frontera de Ceuta. “Fue un comentario informal con Gallardón”, asegura el ministro


"La presunta lengua de fuego tendría una potencia calórica equivalente a las llamaradas producidas por cuatrocientos dragones medianos, y hubiera sido capaz de convencer a más de mil quinientos subsaharianos de que España es un sitio “demasiado guay” para vivir. La llamarada, de casi un kilómetro de longitud, lamería la frontera de Ceuta en toda su extensión, con un movimiento similar al de una lengua normal lamiendo un cucurucho de tres sabores.

El ministro del Interior insiste en que no ha habido ninguna petición formal, ni directa ni a través del arzobispado, para que el cielo lance esa lengua de fuego sobre los inmigrantes, y únicamente reconoce haber sacado el tema durante el fragor de una conversación con el ministro de Justicia en el bar del Congreso. “Esos condenados gin-tonics tienen un precio obsceno”, ha puntualizado.

Al parecer, durante la tertulia entre ambos ministros, sí surgió el acuerdo firme de recurrir al Altísimo para intentar detener a los ochenta mil subsaharianos que esperan cruzar a España con el propósito de conseguir un chándal y tres comidas diarias. Sin embargo, según las propias palabras del propio Fernández Díaz, no se estuvo hablando de fuego sino de todo lo contrario.

Ambos ministros podrían comenzar a orar esta misma semana para que Dios arroje sobre los asaltantes una lluvia de granizo, cuyas piedras tendrán el tamaño de un armario ropero cada una y un peso equivalente al de los cubitos de hielo necesarios para preparar veintisiete mil gin-tonics."              (Rokambol news, 05/03/2014)

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