"La policía encontró ayer una cantidad
inusual de escrúpulos en la chaqueta del abogado de un concejal imputado
por prevaricación, cohecho, estafa, ladillas, tráfico de influencias,
fraude fiscal, canibalismo, soborno, chantaje, bravuconería, perjurio,
fechoría y desmán.
Los escrúpulos del abogado fueron hallados en el
bolsillo derecho de su americana por uno de los cocodrilos amaestrados
que suelen acompañar a la guardia civil en los juzgados para reforzar la
lucha contra el tráfico de vergüenza.
Al parecer, el animal se puso
nervioso nada más ver entrar en la sala de vistas al abogado, que a
pesar de que departía amigablemente con su cliente, no era capaz de
mantener la característica mirada de chulería y prepotencia que suelen
esgrimir mientras se dirigen al banquillo con los imputados.
Inmediatamente, el reptil derribó con la cola a siete testigos comprados
y dos taquígrafas normales y se abalanzó sobre el letrado desgarrándole
la chaqueta hasta hacerla jirones y dejar al descubierto los escrúpulos
y algunos rastros viejos de vergüenza que también cayeron al suelo.
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