"A partir de la semana próxima, todas las
oficinas de Empleo dispondrán de un sistema automatizado de
climatización por el que manará intermitentemente una clase de gas
especial, capaz de aniquilar diecisiete rinocerontes adultos y a
Cristóbal Montoro al mismo tiempo, tal es su concentración de cianuro y
ponzoña.
El nuevo protocolo de actuación contra
el desempleo, aprobado en el último consejo de ministros, sustituirá a
los costosos y absurdos cursillos, y se aplicará en tandas de siete mil
desempleados diarios por cada oficina. Aquellos parados que no acudan a
la “reunión de gas” perderán la prestación automáticamente.
La ministra de Empleo, en una rueda de
prensa en Moncloa, mostró su más absoluta confianza en que el gas
descongestione notablemente las oficinas de empleo, y proporcione un
respiro al Gobierno para seguir luchando contra la terrible lacra del
paro. Inmediatamente después se disculpó por emplear la palabra respiro y
la sustituyó por descanso, y más tarde por margen.
A la pregunta de algunos periodistas
acerca del envenenamiento que también podrían sufrir los funcionarios de
las oficinas de Empleo, la ministra explicó que el nuevo protocolo de
actuación contra el paro también incluye a los trabajadores de esas
oficinas y, por lo tanto, inhalarán el gas. “Las siniestras oficinas de
Empleo que construyó Zapatero”, añadió la ministra, “van a desaparecer,
puesto que se han mostrado totalmente inútiles, para transformarse en
Oficinas Terminales de Vida Laboral”.
Báñez no descartó que el “protocolo
gas”, como ya se conoce a la nueva reforma laboral en el Gobierno, se
aplique también en la red de metro para apoyar los ajustes del
ministerio de Fomento, y progresivamente al resto de los medios de
transporte, como trenes de media y larga distancia, aviones, autobuses y
barcos. “Para mediados de 2013″, finalizó la ministra, “adaptaremos el
protocolo gas a los automóviles de uso privado y las bicicletas”. (Rokambol News, 02/07/2012)
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