"En apenas tres semanas, los profesionales sanitarios han multiplicado
por diez el número de pacientes diagnosticados con represión aguda,
distinguiéndose dos casos mayoritarios: la ejercida en el trabajo y la
ejercida en la calle.
“Desde la reforma laboral los casos de represión se han disparado”,
nos comenta el jefe de psiquiatría del Hospital de La Paz, “a lo que las
autoridades sanitarias aconsejan extenderles una baja que permita,
pasados los días reglamentarios, despedirlos sin molestar a nadie.”
Los síntomas de esta enfermedad, que algunos pensaban erradicada
desde allá por los ochenta, son estrés, temblores, impotencia, conducta
errática y confusión general, como si si al paciente le hubieran
cambiado el mundo en el que vivía sin previo aviso.
Algunos presentan
además signos de latigazos o daños en el esfínter, “probablemente
auto-infligidos”, según las mismas autoridades." (Picadilly News, 24/04/2012)
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