"Solicita el estatus porque, al igual que el resto de religiones,
tiene miles de adeptos que aceptan su dogma “solo porque lo pone aquí”
y está basada en hechos que no han podido ser demostrados.
Además el
producto milagro, un yogur relativamente corriente, basa su diferencia
con el resto de productos similares en estar “bendecido” por Danone.
Los Actimelitas tendrán su lugar de reunión en los supermercados de
cada localidad y su mayor autoridad eclesiástica es el responsable de
márketing de la compañía.
Las similitudes con las demás religiones se hacen patentes al
escuchar testimonios de sus adeptos como “estaba indefenso hasta que
conocí Actimel” o “su sabor a fresilla me ha convertido en alguien
diferente”.
Los críticos de esta nueva fe argumentan que sus fuertes creencias se
basan en un yogur corriente aguado y cuyo precio se ha multiplicado
para que parezca algo importante. “Es un caso típico de auto-engaño
colectivo”, afirma Vicente Frutas, decano de sociología de la
Universidad de Torremanzanas, “en el que una secta vende la respuesta a
un problema irreal con un único objetivo: la pasta.”
Los primeros efectos de esta oficialización no se han hecho esperar: a
partir del 2015 los planes de estudios españoles incluirán la
asignatura “Actimel” como alternativa a la religión." (Picadilly News, 13/04/2012)
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