F1, que ayer declaró en el juicio contra 11 miembros de la célula yihadista catalana formada en su mayoría por paquistaníes, explicó a preguntas del fiscal Vicente González Mota que un responsable de Al Qaeda en París le había dado instrucciones en enero de 2008 para que se desplazase a Barcelona para fabricar una serie de bombas que se iban a colocar en vagones del metro, que se harían estallar cuando estuvieran en los túneles.
Sin embargo, cuando llevaba dos días en Barcelona preparando la operación, el jefe de la célula catalana, Maroof Ahmed Mirza, y uno de sus lugartenientes, Ahmed Hafeez, le explicaron que ya no iba a ser el que confeccionara los artefactos explosivos, sino que el plan había cambiado y que él se encargaría de portar una de las bombas que estallarían en los trenes del metro. (...)
Tras la llamada a su esposa, según dijo, se vino abajo y se puso en contacto con los servicios de seguridad franceses para desactivar la operación." (El País, ed. Galicia, España, 17/11/2009, p. 15)
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