‘No, esta vez ninguna mano anónima pintará “no entrar, que son catalanes” frente al supermercado de la calle Castelló esquina María de Molina, muy cerca de la redacción de La Vanguardia en Madrid. A ningún descerebrado se le ocurrirá señalar ahora a los nuevos judíos, como si estuviésemos en el Berlín de 1930, entre otras razones porque la cadena Caprabo es hoy de propiedad vasca y con los vascos, vete a saber por qué, siempre hay en Madrid un mayor cuidado.

No, esta vez no habrá boicot a los productos catalanes, pese a que el nuevo modelo de financiación es el destilado principal de aquellos meses de ira. En el verano del 2009 no se repetirá la felonía del boicot, el insensato amago de enfrentamiento civil, porque esta vez los agitadores no cuentan ni con el apoyo del Partido Popular, ni con la protección del episcopado visigótico, digo, católico. El PP no quiere volver al 2005′." (lavozdebercelona, 15/07/2009)