"Alguien puede dudar de que una abuela que se fuga por miedo a la justicia, esté por dar muchas lecciones de sacrificio, pero hay que tener en cuenta que por entonces la Ponsatí era más joven y la muerte parecía lejana. La degeneración a la que todos deberemos enfrentarnos un día, ha sido especialmente cruel en su caso, observando la muerte casi con alivio.
Es cierto que ve aún con más alivio la muerte ajena que la suya propia, la cobardía no se atenúa con los años y, además, exigir sacrificios a los demás es seña de identidad lacista, pero ya habla de ella con la tranquila que da ver la parca muy cerca. No sé si los jóvenes catalanes habrán acogido con alegría las palabras de esa Juana de Arco a la catalana.
Ellos tienen aún sueños e ilusiones, no se encuentran en la última curva del circuito como la Ponsatí, y supongo que verían con muy buenos ojos que fuera ella quien se inmolara estilo bonzo como un monje budista vietnamita, para conseguir la independencia, y allá ella si quemándose lo conseguía o no. Lo mejor que pueden hacer los jóvenes catalanes es vivir e ignorar a la Ponsatí ya todos los de su generación que invocan sacrificios ajenos para obtener beneficios particulares, que esto es muy típico de los mayores.
Que nunca tengamos que repetir los tremendos versos de Rudyard Kipling a raíz de la Gran Guerra: «...y si alguien pregunta por qué hemos muerto/ decidle que porque nuestros padres mintieron»." (Albert Soler, Diari de Girona, 15/03/22)
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