-Lo volveremos a hacer! -Claro que sí, cariño, lo que tú quieras, pero pagando de antemano... Los 900 euros a cargo de la Republica catalana que miembros de la corte de Puigdemont se gastaron en una sola noche, se recuerdan aún en el burdel, donde una bandera decora desde entonces el salón principal, que una será puta pero agradecida

 "Las meretrices de Europa central están de celebración porque la corte de Waterloo seguirá en libertad, que no están los tiempos para perder buenos clientes.

 Estas chicas que en Berlín comercian con su cuerpo no merecen vivir la incertidumbre a que las somete el malvado Llarena. Los 900 euros a cargo de la Republiqueta que miembros de la corte se gastaron en una sola noche, se recuerdan aún en el burdel, donde una bandera decora desde entonces el salón principal, que una será puta pero agradecida.

 No todo serán sesudas reuniones para decidir emitir un sello de la republiqueta, también debe haber un tiempo para darle alegría al cuerpo, Macarena. Seguro que en la reunión del Consejo de la Republiqueta donde se decidía en qué ciudad sacar el cuerpo de penas, pesó, y mucho, las imágenes de Salon Kitty, que recreó el mayor burdel del Tercer Reich. 

Cambien el champán por ratafía -a veces ser prostituta exige esfuerzos heroicos- y las cruces gamadas por gigantescos lazos amarillos colgando del techo, y tendrán ustedes una aproximada idea de la fiesta. 

 Coincidió la fiesta con la presencia en Berlín de 28 cargos de JuntsxFolgar, incluidos Presidentorra y el Vivales, y más que habrían ido de haber conocido el propósito real de la visita. 

Por 900 euros, debo suponer que sólo seis -como mucho, y ello sin solicitar ningún servicio especial- se beneficiaron de la tarjeta de CatGobal ASBL, dedicada a sufragar los gastos de los políticos catalanes huidos de la justicia española. 

Y mejor si fueron incluso menos de seis los agraciados, que bastante fama de tacaños tenemos los catalanes, para ir por el mundo solicitando servicios de 150 euros el completo, cama aparte. Espero, por el bien del prestigio de los catalanes, que nuestros representantes no pidieran descuento con la excusa de estar construyendo una republiqueta y los gastos que conlleva. Que los conozco. 

El caso es quedar bien, aunque sea pagando. Ya que en Europa nos reciben sólo políticos de tercera fila y algún ultraderechista, al menos que en Berlín no falte de nada. Todavía resuenan los gritos que se escucharon entre aquellas paredes. 

-Lo volveremos a hacer! 

 -Claro que sí, cariño, lo que tú quieras, pero pagando de antemano."         (Albert Soler, Diari de Girona, 05/10/21)