14/1/20

“No eres bienvenido, imbécil”... Los afectados por los incendios rechazan al primer ministro australiano

"Justo antes de Navidad y en secreto, el primer ministro australiano, Scott Morrison, conocido como Scomo, intentó escapar de la pesadilla de incendios forestales que dejaba atrás. Scomo voló 8.000 km hasta Hawái. 

Mientras tanto, la tormenta de fuego estaba arrasando Australia. Imprevisible para Scomo y su entorno, una tormenta de Facebook estaba también arrasando su valoración. De ahí que, de forma reacia y quizás bajo consejo de sus asesores políticos, Scomo volvió a Sydney. 

Una vez de regreso en Australia, el antiguo manager y asesor de márketing y relaciones públicas intentó recuperar el terreno perdido. Fingió preocuparse, tanto como se preocupa un primer ministro que se fue a Hawái en medio de los peores incendios forestales preveraniegos que Australia ha visto nunca.

 A su vuelta, Scomo visitó brigadas anti incendios pero, solo días después, se le vio nadando en Bronte, una de las playas favoritas de Sydney. Poco después, intentó un apretón de manos con una joven embarazada y un bombero, quienes le rechazaron. Quienes estaban en la línea de fuego habían experimentado de primera mano la financiación insuficiente (y neoliberal). 

Incluso la propaganda de Rupert Murdoch se vio obligada a mostrar el rechazo de los bomberos a Scomo. En un verdadero despliegue de relaciones públicas, Scomo llegó con seis coches de su entorno mediático y de seguridad para obsequiar con una bolsa de galletas a los supervivientes para la foto en los medios. Mientras Scomo visitaba la ciudad golpeada por el fuego de Cobargo, la gente local lo insultaba mientras caminaba por el pueblo envuelto en polvo. “No eres bienvenido, imbécil”, gritó una mujer.

Mientras resplandecían los fuegos artificiales de Año Nuevo, el miedo, la desolación y la furia reinaban en muchas partes de Australia. Durante la muestra de fuegos artificiales, se recogieron cerca de dos millones de dólares para apoyar a los bomberos, eclipsando los 100.000 millones que Scomo y su banda estaban gastando en submarinos para defender Australia contra un enemigo que no existe. 

En otras palabras, los conservadores de Scomo están gastando 50.000 veces más del dinero que la gente recogió en Nochevieja. Esto significa que por cada dólar que los australianos han recogido, Scomo y sus esbirros están gastando 50.000 en equipo militar, dinero de los impuestos australianos que va a submarinos injustificados, no a los incendios forestales y la prevención del calentamiento global. Los submarinos no ayudan a la gente que perdió sus casas y seres queridos en los incendios forestales. 

En el último día del año, los incendios avanzaron como nunca antes en Australia. Al mismo tiempo, la brecha entre una parte cada vez mayor de la población y los activistas climáticos por un lado y el Gobierno en el otro se estaba agrandando. Scomo se ha encerrado en el lado de la negación del calentamiento global. El hombre se había hecho un nombre cuando llevó un pedazo de carbón al Parlamento de Australia para mostrar a los australianos que “el carbón no es peligroso” y que quizá “el cambio climático es una completa chorrada” como dijo una vez su socio ideológico Tony Abbott. 

Scomo pasó la Nochevieja en Kirribilli House, su mansión de Sydney, celebrando con seguidores y disfrutando de grandes vistas del puerto y los fuegos artificiales. Más de un cuarto de millón de ciudadanos habían pedido cancelar el espectáculo de fama mundial. También donaron dinero a las víctimas de los incendios. Al mismo tiempo, el comportamiento de Scomo y la devastación del fuego combinados con temperaturas desorbitadas estaban alimentando una mayor conciencia del calentamiento global. Cada vez más australianos acusan ahora a Scomo de haberles fallado. Hace tan solo unos meses, Scomo ganó las elecciones con un programa anti impuestos y anti ecologista. 

Hoy, la gente demanda que se dé voz a aquellos australianos que dicen que el Gobierno ha subestimado totalmente —incluso ignorado— la escala del desastre así como el calentamiento global. Mientras tanto, Scomo, un creyente religioso, considera los incendios forestales como obra de dios. Mientras viaja de acá para allá y da conferencia de prensa tras conferencia de prensa, su mensaje es que esto es un desastre natural. Para Scomo y su entorno, los incendios forestales no están vinculados al cambio climático. Cada vez más, y enfrentada a la evidencia diaria en sentido contrario, la gente ve el vínculo entre los incendios forestales y el calentamiento global con sus propios ojos.

 Al mismo tiempo, más de 3.000 bomberos voluntarios, apoyados por bomberos del exterior, llegados rápidamente para ayudar a la mal preparada Australia, están luchando contra el infierno. En el Boxing Day [26 de diciembre] y el viernes posterior, dos barcazas de desembarco de la Armada suministraron agua y comida a las personas atrapadas en las playas de ciudades costeras en los Estados de Victoria y Nueva Gales del Sur. Helicópteros militares, así como un barco y helicóptero noruegos sacaron a los heridos de la ciudad costera de Mallacoota, desbordada por el fuego. Una lancha policial llevó agua y diésel para generadores.(...)"                     (Thomas Klikauer, El Salto, 10/01/20)

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