“Hay un insano consuelo en saber que hay a quien le va peor que a ti.
¿Sí o no? Poned la oreja en el ambulatorio y sabréis de qué hablo. Voy a
ir directo al grano o, quizás, debería decir al tumor. He dicho bien”.
Así contaba Nacho Mirás Fole el 12 de noviembre del año pasado en su
blog Rabudo.com el descubrimiento de lo que entonces era un tumor en el
cerebro y después derivó en un cáncer.
Aquello fue el principio, no de
una larga amistad, pero sí de la confesión pormenorizada de la lucha
contra la enfermedad, en la que el tumor pierde completamente por k.o
ante el humor. El centenar de post escritos desde aquel noviembre
fatídico se han convertido ahora en un libro, El mejor peor momento de mi vida (Paidós) que ayer se presentó en un abarrotado auditorio del Hostal de los Reyes Católicos de Santiago. (...)
“Lo presenté aquí porque esto fue un hospital, la sanidad pública de la edad media”, dice Mirás (Vigo, 1971), periodista de La Voz de Galicia,que
define su libro como “una carta de amor y desamor a la Seguridad
Social, por amenazarme con una ley franquista a personarme en la
inspección médica de la Consellería de Sanidade cuando ellos, porque
tienen mi historial clínico, y media humanidad, saben que tengo un
cáncer”.
Que lo sepa media humanidad, lo de contarlo a través de un blog
que recibió hasta ahora medio millón de visitas y dos mil comentarios,
no debe de ser una decisión fácil. “Yo no sé dónde empieza la valentía y
dónde acaba el exhibicionismo, es verdad […] Es cierto que podría ser
más discreto, pero desde la autoridad que me confiere tener un tumor en
la cabeza, mi tumor, he decidido no serlo”, dice Mirás en el blog/libro.
“Los psicólogos que actúan en estos casos me dijeron que
hiciese lo que me pidiese el cuerpo. Esto me ayuda, porque me pone en
contacto con gente que me coloca en mi sitio, que me dice que de esto se
muere”, dice ahora por teléfono el autor de El mejor peor momento de mi vida.
(Un título, por cierto, inspirado en una frase de Felipe, el amigo
agobiado de Mafalda: “esta es la peor alegría de mi vida”).
De tan
descarnado, también es, en parte, un cierto ajuste de cuentas. “Como
decía Josep Pla, uno tiene saludados, conocidos y amigos. Cuando me pasó
lo que me pasó, hubo un cruce de cables, una reacomodación de afectos,
un ‘yo prefiero no ir a hospitales…’ En muchos casos, las cosas se
fueron asentando. En general, gané más de lo que perdí”.
El libro de Nacho Mirás está construido de sólido humor
negro. Basta con mencionar capítulos como “Quimio, quimio, assim você me
mata”, “Día completo, día Comansi”, “Rajoy tiene razón: ¡Tengo brotes!
(en la cabeza)”. Pero El mejor peor momento de mi vida afronta
sin rodeos ni tapujos lo que es el cáncer (nada de “la larga
enfermedad”), las consecuencias de su tratamiento, físicas, sociales y
familias (“Los niños y la enfermedad de papá” se titula un capítulo).
A
Nacho Mirás no le preocupa que el tema del libro pueda reducirlo a una
obra de autoayuda. “El género está maltratado por los telepredicadores,
pero si el libro ayuda a alguien, ya merecería la pena”.
En una amarga ironía que Mirás asume, la enfermedad ha
contribuido a que se conozca una excelente escritura “perdida” en un
blog. “Sí, nunca encontraba el eje para escribir un libro. Nos solemos
dejar llevar por la rutina de la vida... Además soy mal fabulador”,
reconoce.
“En ese sentido, esto ha sido como una compensación de la
suerte”, dice. El mejor peor momento de mi vida finaliza con un “continuará”. Pero se podrá seguir leyendo la lucha de Nacho en www.rabudo.com." (
Xosé Manuel Pereiro
A Coruña
, El País, 19 SEP 2014)
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