"La Generalitat de Cataluña acaba de emitir un comunicado sobre la
manifestación multitudinaria que ha abarrotado las calles de Barcelona
el domingo día 8. El texto comienza de manera solemne: “el Mal, o sea,
el Gobierno Central”, desde “las catacumbas subterráneas desde la que
conspira las 24 horas del día contra Cataluña”, ha montado un
dispositivo para “contrarrestar la gloriosa movilización de nuestro
pueblo el pasado día 1 de octubre”.
Este dispositivo, según el
comunicado, habría consistido en “montar una manifestación de pega,
a base de emplear como figurantes a casi un millón de actores en paro,
para fingir que existe una parte del pueblo catalán que está contra el Procés.
Algo que, obviamente, es falso, puesto que, como todo el mundo sabe, en
Cataluña todos pensamos igual. Sin excepción”.
La Generalitat aporta
diversas pruebas, como facturas de conocidas agencias artísticas, en las
que puede leerse: “Juanjo Puigmanteca: por 8 horas de manifestación, a
10 euros la hora… menos IVA, 65 euros”. Las facturas incluyen también un
bocadillo de chopped y una gaseosa “como renumeración en especie, a fin
de compensar el fuerte calor que se sufría en la calle”.
El comunicado asegura también que, allá donde no llegaban los
actores, “se han empleado hologramas para simular participantes” y que
se han incluido “efectos digitales” en las grabaciones “de las cadenas
de televisión estatales” para simular que había más asistentes de los
que en realidad habían acudido.
“Descontando todas estas artimañas”,
acababa el texto, “al final participarían diez o quince personas en la
manifestación. No más”. Lo cual, en opinión de la Generalitat, “prueba
una vez más que somos un solo pueblo; un pueblo monolítico, sin fisuras,
sin disidentes. Y que, salvo nueva orden, todos pensamos igual, es
decir, lo que piensa el gobierno catalán”.
Por otra lado, se ha podido saber que la sede central de la Guardia
Urbana y la Delegación del Gobierno han sido atacadas por militantes
independentistas, por atreverse a discrepar de la versión oficial. A la
policía local se le ocurrió dar una cifra de participación de 350.000
personas, mientras que la Delegación Gubernativa apuntó “400.000
asistentes como mínimo”.
Al grito de “vuestras cifras son fascistas”,
los soberanistas obligaron al jefe de la Guardia Urbana a afirmar que
“eran cuatro gatos desorganizados, que seguramente venían de algún sitio
raro como Vallecas o Móstoles”.
Y el Delegado del Gobierno hubo de huir
saltando por la ventana de su despacho, no sin antes firmar un
documento en el que afirmaba que “en esta manifestación no había más que
yonkis y mujeres de la vida. Y por supuesto, de fuera de Cataluña,
puesto que, como todo el mundo sabe, en nuestra tierra no hay yonkis ni
mujeres de la vida”.
El comunicado de la Generalitat termina afirmando que “tras finalizar
la manifestación, se pudo ver al millón de figurantes encaminarse a las
catacumbas subterráneas que el Gobierno Central posee en diversos
puntos de la ciudad condal para cobrar el salario por una jornada de
trabajo”. “Luego dirán” -concluye- “que el Paro ha bajado. Así lo baja
cualquiera, no te jode”. (Charnego news, 08/10/17)
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