"Las camas desmontables que han recibido los 33 hombres atrapados a 700  metros en la mina chilena San José pueden resultar vitales para que un  día salgan vivos. Pero lo que varios de ellos reclaman es alcohol.
Antes  que los calcetines de fibra de cobre que impedirán el contagio de  hongos, antes que los videojuegos y los proyectores para ver partidos de  fútbol grabados, un número indeterminado de ellos preferiría calmar la  ansiedad con una botella.
"Algunos ingerían cantidades importantes. Y a  veces no es conveniente que una persona corte de golpe con la adicción.  Pero lo único que podemos hacer es enviarles vitamina B y ácido fólico",  indicó a este periódico el ministro de Salud, Jaime Mañalich." (El País, 31/08/2010)
 
 
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